En la obra de Alejandro Aranda Rickert, artista argentino nacido en Buenos Aires, se percibe un marcado interés por conjugar géneros y formas tradicionales con técnicas y contenidos contemporáneos. La tensión entre estos componentes, ya presentes en sus primeros trabajos, lo lleva a crear un lenguaje que nos es familiar y extraño a la vez, y en el que es posible reconocer toda clase de citas y alusiones, lo cual, sin embargo, lejos de inducirnos a entender el uso del material provisto por la Historia del Arte como una estrategia para legitimar el suyo, nos hace, en cambio, interpretarlo como una oportunidad para entablar un diálogo que busca traducirse en reflexión.
Si lo subjetivo es, en gran medida, una construcción intersubjetiva, y si lo individual existe en tanto elemento ubicable en un marco colectivo, entonces puede entenderse que un retrato, una naturaleza muerta o un desnudo surjan con nuevos significados del contrapunto entre lo propio-presente y lo ajeno-pasado, y que este contrapunto genere una realidad pictórica, que intente ser menos el reflejo de una realidad sensible que de una realidad mental.
AAR estudió dibujo, pintura y escultura en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón. Mientras se hallaba cursando la carrera, se hizo acreedor de una Beca Kuitca. Luego de recibirse, otra beca, la Fulbright, le permitió viajar a EEUU, donde continuó formándose. Allí obtuvo un Master in Arts por la State University of New York. Más tarde, en el año 2001 se estableció en Colonia, Alemania, en cuya Universidad realizó estudios de Historia del Arte. Desde el año 2004, vive y trabaja en Buenos Aires.
Prof. M. Webster